II
Nelson
piensa cuando llueve y dice sus cosas sin cansarse. A veces también canta, pero
sus cantos son ininteligibles. Dice que las palabras nacieron por voluntad de
Dios, que llegaron al mundo, inventaron la vida y el dolor. Crearon un ejército
apocalíptico, caballeros del mundo. Todo se originó de un estornudo, el origen
del caos. Se multiplicaron, construyeron palacios, torres, armas y mataron. También
amaron y se dividieron. Como un arcoíris, infinitas formas, combinaciones, variantes.
El mundo conoció el amor y al mismo tiempo la guerra, la muerte, la vida, el
dolor. Las palabras reinaron en el mundo, hubo una guerra. Nelson deja de decir
sus cosas y suspira, mueve la cabeza y sueña. La guerra de los Verbos, de la creación,
de Dios consigo mismo, de la oscuridad por conquistar al Verbo. La oscuridad
siempre fue silencio, le falta palabras, no sabe Amar, la oscuridad es árida.
Así fue el primer día del caos, recuerda Nelson en su silencio. Caos, revolución,
caos. Inventaron los nombres y todo existió, existencia, palabras que eran
buenas, buenas palabras. Nombraron, inventaron, crearon hormigas, lechuzas, caminos,
despedidas, el amor y las lágrimas. Existieron, eran, habían, estaban. Del caos
nació la vida, Nelson comprendió que el Verbo era la Vida. La lluvia le
emociona siempre, se pierde siempre con las hojas que se mueven con las gotas
carnudas.