Confesaron el valor de sentimientos pasados. Redescubrieron la importancia del corazón. Creyeron que podrían retomar viejos credos. Lo hicieron con algunos tropiezos. Escribieron.
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martes, 16 de agosto de 2011
UNA METÁFORA
En Asunción tuve un amigo homosexual. Mi padre un día vino y me dijo, no directamente, pero dejó a entender que tenía que cuidarme de lo que la gente podría decir. Entendí inmediatamente el recado. Le dije que no se preocupara, que estaba muy seguro de mi “opción” sexual. Pasaron veinte años de aquel tiempo y hoy recuerdo la situación con cierta gracia. Esto para decir que no tengo ni un problema con las personas que “optan” por una forma de vida diferente. La algarabía que se ha creado alrededor de la legalización del casamiento homosexual no significa de ningún modo progreso humano. Al contrario, me parece que expresa muy bien la situación nebulosa del tiempo que nos toca vivir. Esta sociedad es autodestructiva. Es como un niño obeso que sabe que no puede comer demasiado y sigue llenándose de comida rápida. Hemos destruido nuestra casa. Algunos todavía no se han percatado de esta triste verdad. Dentro de poco no tendremos agua dulce porque hemos ensuciado y contaminado nuestros nacientes. En muchos países el agua ya es un lujo. Cada vez más destruimos la naturaleza en busca de petróleo. En Brasil el presidente Lula inició su campaña promoviendo la energía limpia y la concluyó, después de ocho años, excavando miles de metros en aguas profundas para extraer petróleo de la pré-sal. Hemos exterminados miles de especies de animales, arrasamos los bosques impunemente. En el Alto Paraná y Canendiyú aún humean los troncos centenarios de las quemadas que los migrantes brasileños, que sin tiempo que perder preferían quemar los árboles derrumbados. Ellos como buenos hijos de Europa, la mayoría de los inmigrantes brasileños en Paraguay son descendientes de europeos, quisieron llevar el progreso al Paraguay atrasado, carente de tecnología agrícola, “apenas” con una naturaleza exuberante. En cuarenta años está todo destruido, pero, eso sí, somos un gran país productor de soja; es decir, unos pocos se enriquecen y la mayoría de los campesinos quedaron más pobres como consecuencia de la mono-cultura. Parece que no nos damos cuenta que estamos alimentándonos de nuestra propia cola. La tierra no soportará eternamente el modo consumista de nuestro ser. No, no me posiciono en contra del progreso, lo que lamento es que egoístamente estemos acabando con los recursos que también deberían hacer parte del bien común de aquellos que aún no nacieron. Con palabras simples y claras es necesario decir: “la tierra no soportará pormás tiempo nuestra forma de vida consumista”. Infelizmente la mayoría está siendo sacrificada no para que los otros disfruten, no, más bien porque no pueden entrar y hacer parte de los bienes producidos. Están afuera de la fiesta, no porque no quisieran participar, sino porque no fueron invitados. El egoísmo reside justamente en la vida vivida como si los pobres de este mundo no existieran. No seamos idealistas tontos, no es posibles una forma vida consumista para toda la humanidad, para eso necesitaríamos al menos cuatro tierras. Son apenas centellas de los muchos caminos que hemos elegido como humanidad para autodestruirnos. Que mejor imagen de esta verdad nos ofrece la Argentina, un país empobrecido por los corruptos de turnos, un país que alguna vez estuvo entre los más ricos del mundo. El actual gobierno, para agradar populistamente a la clase media, además de ofrecer fútbol gratuito al pueblo, aprueba una ley que legitima una forma de vida de una minoría. No cuestiono la ley, apenas el uso maquiavélico que ejerce este gobierno de una situación, mínimamente, delicada, que merece todo el respeto. Estoy seguro que no hicieron un favor a los homosexuales, pero aparecen delante de la sociedad como el gobierno de frente, progresista. Repito, no me interesa lo que ocurre en la habitación secreta de las personas. Tampoco creo interese mucho esta ley a los homosexuales, pues sabrán que están siendo utilizados. Lo grave de esta situación no pasa por los derechos de las minorías con “opciones” distintas. Lo que preocupa como comunidad humana es nuestra autodestrucción. Como dije al inicio, esta ley aparece apenas como metáfora. La esterilidad es cáncer, no dudo de la capacidad de los homosexuales en educar niños, no me interesa esta discusión. Pero como metáfora, apenas como metáfora, estamos oficializando una forma de vida que es incapaz de ella misma.
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Se dice que la homosexualidad desde la antigüedad (Sodoma, Gomorra, la Grecia clásica, Roma o Renacimiento etc.) ha estado presente como parte de la historia de la Humanidad, ejemplos hay muchos en todo tiempo y lugar histórico, muchas cosas se pueden decir al respecto, pero no se puede afirmar que hay una idea clara sobre este fenómeno que nos ha acompañado por siglos.
ResponderBorrarA nivel científico se han realizado muchos estudios y aun no hay claridad sobre las causas de esta orientación sexual, sin embargo hace parte de nuestra vida, inclusive en algunas razas animales se ve este fenómeno y parece ser que la de mayor índice de homosexualismo es la cacatúa rosada, como repito sobre esto hay mucha tela de donde cortar pero la verdad en que hace parte de nuestra realidad, como bien dices el problema no está en esta en las preferencias sexuales en sí. El problema es mucho más grande, más profundo, el problema es el Hombre en general y su compromiso con el mundo, con su entorno, el problema está en cada corazón que insiste en institucionalizar, en destruir, en mandar y desmandar siempre pensando únicamente en su bienestar personal.
Pues yo sí creo que es importante que exista una Ley de Matrimonio Igualitario en TODOS LOS PAÍSES DEL MUNDO.
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